III ÉPOCA. ERAMUS+ IPEP de JAEN. Don José Marcos Resola: ¿Cómo educar a los desfavorecidos?

Buenas tardes, familia IPEP.


De nuevo en este humilde blog, tenemos el honor y el privilegio de contar con una gran aportación de un abnegado orientador de Secundaria. Su autor, José Marcos Resola, es el Orientador del IES Sierra Mágina de Mancha Real, con quien he tenido la suerte de trabajar muchos años. Ha participado en actividades job shadowing (observación profesional) y ha estado en el grupo que ha dirigido 3 proyectos Erasmus+ durante 5 años.



Os dejo sus reflexiones, que nos van a servir de punto de partida para muchas de las tareas que tenemos por delante en nuestro proyecto. 


'Rethinking educational practices for adults, prison students and young offenders'


¿Cómo educar a los desfavorecidos?

 

Educar a todos los alumnos es uno de los principios que rigen nuestro sistema educativo. Para poder realizar una educación inclusiva es necesario partir de las barreras que el sistema educativo y en general la sociedad, establecen para alcanzar el éxito escolar. Hay que cambiar la mirada hacia el alumnado y donde vemos problemas debemos surcar en las necesidades que presenta. No es quitar o eliminar el problema que lo origina, sino dotar al alumnado de habilidades, destrezas y competencias para  favorecer su desarrollo integral.


Considero que una variable esencial para aprender, para poder realizarte y elaborar tu proyecto vital es partir de las necesidades. Un autor al que constantemente recurro para comprender el comportamiento humano es Maslow (1908-1970) autor representativo de la psicología humanista. Su teoría aboga por una escala jerárquica de satisfacción de necesidades humanas que promociona a la autorrealización del individuo. Como docentes debemos estar muy atentos a las necesidades fisiológicas y afectivas de nuestro alumnado. No puedo aprender si tengo hambre, sueño o un dolor de cabeza. Aunque contamos con protocolos de maltrato infantil debemos estar atentos a los indicios comportamentales.


Pero cubiertas dichas necesidades debo sentirme acogido en mi aula. Hay muchas variables que puede favorecer el sentimiento de pertenencia, desde las actividades de acogida por parte del profesor al inicio del curso, pasando por el seguimiento personal de cada uno de nuestros alumnos, sí todos debemos ser tutores de nuestro alumnado, no sólo el tutor que delimita la administración, hasta llegar a nuestra metodología, ya lo decía el profesor Mora (2016), “sin emoción no hay aprendizaje” o nuestro querido Santos Guerra (2000) “para enseñar matemáticas a Juanito, hay que querer primero a Juanito” hay que promocionar la inteligencia emocional en el docente, hay que educar empoderando emocionalmente a nuestro alumnado. La afectividad es motor del aprendizaje y de la enseñanza. Cuántos problemas encontramos en nuestras aulas sobre la interacción social entre adolescentes.





'Repensando las prácticas educativas para adultos, estudiantes penitenciarios y menores infractores'.


Desde el efecto Pigmalión sabemos que la expectativas modulan el proceso educativo de manera inconsciente, hay que reestructurar cognitivamente al profesorado ayudando a encontrar el perfil del talento de nuestros alumnos para proyectar expectativas que promocionen el éxito escolar. Los tiempos han cambiado y no podemos continuar con una metodología esclava de la editorial, hay que abandonar la dictadura del libro de texto y abordar el proceso de enseñanza aprendizaje con metodologías activas. Ese salto o cambio debe venir de la mano de la formación del profesorado, con visitas a centros, análisis de buenas prácticas y reflexión pedagógica desde los departamentos didácticos. La cultura de la innovación debe ser gradual, con asesoramiento pero sobre todo debe ser una necesidad sentida del claustro. Los planes de mejora producto de la reflexión de la memoria de autoevaluación y de los indicadores homologados, ayudan a comprender la realidad pero no generan necesidades de innovación en el claustro.


La pandemia del Covid, nos ha demostrado que la Ciencia es la que nos ayuda a solventar y resolver los problemas. Los científicos del futuro están en nuestras aulas, la inversión en recursos educativos con aumento de plantilla ha confirmado que el rendimiento académico, la convivencia y la atención a la diversidad ha mejorado. Sin recursos no hay calidad, sin rendición de cuentas no hay eficiencia, sin formación no hay innovación.


No quiero finalizar sin nombrar un eslabón esencial en el contexto del alumnado desfavorecido, su familia. La participación de la familia debe venir de las escuelas de familias, bien desde los servicios sociales comunitarios o desde entidades públicas. Si todo lo que progresamos en el contexto escolar no tiene un correlato en el contexto familiar, provocará disonancias cognitivas y conductuales en el alumnado, que producirá nuevas barreras. 


José Marcos Resola.


 



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