III ÉPOCA. ERASMUS+ IPEP de Jaén. '“El modelo de clase invertida en la Educación Permanente'. Gerardo López Vázquez.


'The flipped class model in Continuing Education. A contrasting vision between the regular model and adult education'. 

Mr. Gerardo López Vázquez, teacher of Geography and History at the IPEP ADULT SCHOOL of Jaén, Spain.



La Educación Permanente y el modelo de la clase invertida

Gerardo López Vázquez

En X @xerardolpez

Profesor de Educación Permanente

Introducción.

Hoy en día, la escuela moderna en su concepción de carácter regular se organiza en función de la edad. Se asume, desde un principio que todos los alumnos que comparten año de nacimiento tienen, básicamente, las mismas necesidades y demandas educativas. Sin embargo, los que hemos participado activamente del proceso de enseñanza y aprendizaje, sabemos que esto no es exactamente así.Los alumnos no son iguales. En realidad, son seres heterogéneos que demandan un apoyo específico. Cada uno cuenta con una realidad que surge de una simbiosis entre su predisposición o inclinación innata y su realidad familiar o sociocultural. 

Este hecho nos presenta individuos únicos que son tratados en el ámbito educativo como si fuesen homogéneos. Esto, quizás, no sea tan recurrente en la educación de adultos, a fin de cuentas, nuestro principio de organización parte de la propia materia. El denominador común no son las edades, los niveles socioeducativos o la procedencia. El denominador común es simple, y llanamente, el contenido y las competencias que se han de adquirir a lo largo del curso.

¿Quiere decir esto que la aplicación del modelo de Flipped Classroom en la Educación Permanente es más sencillo? A mi juicio, no. Pero sí es cierto que, por lo menos, en este ámbito educativo, partimos de la base de la diversidad como principal elemento vertebrador. Pensemos que contamos con perfiles que van desde el inmigrante que aún no domina la lengua española al menor inmerso en un programa de reinserción, pasando, desde luego, por el perfil del alumnado que lo que busca es alcanzar el título de Educación Secundaria para poder acreditar una certificación profesional. La variedad es tremenda y las realidades que cada uno de ellos tienen también. Los une una cuestión, todos quieren estar ahí. Todos están interesados en asistir, en participar, en aprender. La Educación Permanente es para ellos una herramienta. Es un medio para un fin. Una oportunidad.

En este sentido, un Instituto Provincial de Educación Permanente (IPEP) no debe de ser un centro más, no puede ser un instituto ordinario que cuente, simple y llanamente, con su propia idiosincrasia o realidad social como único elemento diferenciador. Un IPEP, no puede ser, a mi juicio, una institución que se afane en reproducir las pautas de comportamiento y los criterios específicos que priman en un sistema regular. Hay un componente en este tipo de enseñanza que ha de erigirse como primordial, y no es otro, que nuestra labor social. Nuestra capacidad de adaptación a las especificidades de un alumnado tan diverso y plural que hacen que nuestras metodologías deban, en muchos casos, pivotar hacia caminos inexplorados, y en otros muchos, simplemente, evolucionar hacia lugares donde los valores sociales y las competencias académicas, alcancen tal grado de madurez, que nos permitan entender que nuestra labor de segunda oportunidad es crucial en nuestra sociedad.

Asumimos una gran responsabilidad, entendiendo que nuestro rol docente ha de evolucionar y ha de ser capaz de transitar por los caminos del constructivismo hacia nuestra conversión en algo más que un simple trasmisor de contenidos y de conocimiento. Es en este necesario proceso de reflexión, donde aparece el modelo de clase invertida o Flipped Classroom como una opción metodológica real.

A lo largo de las próximas líneas, trataré de explicar los pormenores de una novedosa metodología en la enseñanza de adultos. No obstante, y antes de entrar de lleno en materia, es importante recordar que no existen metodologías milagrosas y que el éxito dependerá, única y exclusivamente de nuestra capacidad de adaptación a las características de nuestro alumnado.


¿Qué es una clase invertida?

Es una estrategia metodológica desarrollada en el año 2007 por dos profesores de química, Jonathan Bergmann y Aaron Sams. Su intención era la de mejorar la comprensión de su materia para aquellos alumnos que no podían asistir a todas las sesiones exponenciales. Para ello, se apoyaron de la grabación de varios cortos audiovisuales que, posteriormente, fueron subiendo a la red. Con el tiempo, ambos docentes pudieron comprobar que el alumnado que visualizaba el contenido no era solamente el de perfil absentista. Los discentes presenciales también accedían al contenido, mejorando, de esta forma, el proceso de asimilación. Este hecho permitió a los dos docentes, dedicar un mayor tiempo en las aulas a casos prácticos, dudas y resolución de actividades.

Digamos que la clase invertida es seguir haciendo lo mismo de siempre, pero readaptando los tiempos. Lo que habitualmente se hace en el aula, se traslada al hogar y, lo que tradicionalmente se adscribe al hogar, ahora se traslada al aula. 

Esto permite la implementación de un modelo pedagógico que mejora la gestión del tiempo en clase permitiendo potenciar otros procesos de adquisición de conocimientos. Y es que el Flipped Classroom es fácilmente adaptable a otras metodologías, permitiendo el desarrollo de un ambiente de aprendizaje dinámico e interactivo.

El modelo depende siempre de la capacidad de adaptación del docente, que debe de ser consciente de las particularidades de los educandos y de las necesidades específicas del grupo con el que trabaja. No obstante, el modelo básico o estándar, se basa en la selección y edición de contenidos a través de un formato visual, generalmente vídeos. Un contenido que debe de ser interiorizado por el alumnado fuera del centro, liberando así el tiempo presencial para implementar procesos guiados en la aplicación del conocimiento.



¿Por qué una clase invertida?

Todo cambio metodológico de gran calado debe surgir de un exhaustivo y crítico proceso de autoevaluación. Los procesos de enseñanza y aprendizaje han de estar sometidos a ciertos análisis empíricos que nos permitan obtener la información adecuada sobre la calidad y eficiencia de los procedimientos aplicados. 

Partiendo de esta máxima, y para dar respuesta a la pregunta que encabeza este apartado, puedo afirmar que el modelo de Flipped Classroom puede llegar a mejorar, de forma substancial, varios de los procesos que habitualmente encontramos en un aula de corte clásico. Por una parte, se trata de un modelo fácilmente adaptable a las particularidades y especificidades de los discentes. Es más, una de sus características más conocidas, es la de la sencillez en la implementación de procesos de complementariedad con otras metodologías, como la enseñanza por proyectos (ABP), los procesos de gamificación o, incluso, el mantenimiento de actividades de corte analógico, clásico u ordinario. La clave radica en la capacidad de hibridación y de adaptación del docente para la obtención de un aprendizaje significativo.

Este hecho, no debe de pasar desapercibido, porque implica que muchos de los profesionales que disfrutan con el rol de transmisor de contenidos, no deban necesariamente de renunciar a los procesos de selección y de exposición. El modelo de clase invertida permite mejorar la clase expositiva, sin tener que renunciar a ella. Aunque, evidentemente, el principal rol del docente en el aula sea ya otro. Ayudando en los procesos de aplicación a través de una atención individualizada, concentrando sus esfuerzos en momentos oportunos y mitigando el desgaste al que, habitualmente, se ve sometido en el aula.

 

¿Cómo funciona una clase invertida?

Las bases de funcionamiento de esta metodología no son extremadamente complejas. Se basa, como ya hemos visto, en la readaptación de los tiempos y la capacidad de anexar a nuestro proceso de enseñanza y aprendizaje nuevas metodologías que se adapten a nuestro alumnado y que nos permitan, a través del constructivismo, mejorar los procesos de aplicación de los contenidos para lo correcta adquisición de las competencias específicas. Dicho esto, la clave radica en la liberación del espacio de clase contando el docente con más tiempo en su función de acompañamiento del conocimiento y no, de un simple trasmisor. El modelo apuesta por una interacción personal donde ha de primar el proceso de evaluación formativa y continua, eso sí, siguiendo siempre los parámetros establecidos en la Taxonomía de Bloom.

Recordemos que la base del aprendizaje siempre comienza por memorizar y comprender, son dos principios a los que no se puede renunciar dado que se asientan como pilares de cualquier tipo de procedimiento de aprendizaje. En el caso de esta metodología, ambos principios se han de adquirir de forma autónoma, partiendo de la necesaria selección del contenido por parte del docente. Evidentemente, al desplazar este procedimiento al hogar, centramos nuestros esfuerzos en aplicar, analizar, evaluar y crear. Es decir, abordamos, de una forma pormenorizada y activa, todos aquellos procesos que interfieren, de una u otra manera, en la consolidación del aprendizaje. Todo esto ha de permitirnos, además, llevar a cabo una modificación de la estructura espacial del aula. Pensemos que si cambiamos los procedimientos que llevamos a cabo en la clase, también ha de cambiar su disposición, en un intento de facilitar y mejorar las actividades que en ella se han de realizar. Ya no nos situamos al frente trasmitiendo contenidos a individuos pasivos, ahora interactuamos, el alumnado ya sabe de qué estamos hablando, ya conoce el tema. Los roles que asumimos distan de la realidad clásica y, por lo tanto, cambian o evolucionan en el conjunto de los actores implicados.

En este sentido, el docente ha de fomentar su carácter accesible y proactivo, generando un ambiente que sea capaz de favorecer la motivación, el estudio y el aprendizaje. Para esto, puede apostar por una metodología clásica, que fomente el análisis y conocimiento de textos o fuentes; o activa, apoyándose en el aprendizaje por descubrimiento y en el trabajo de contenidos en formato digital y analógico. Las posibilidades en este sentido son infinitas y han de adaptarse siempre a las características de un alumnado, que también ha de mudar en su forma de comportarse en el aula. Y lo hará, adoptando un rol activo, comunicativo y participativo. Pero, sobre todo, siendo capaz de demostrar un correcto desarrollo de una, cada vez más necesaria, capacidad asertiva, que le permita aportar críticas y razonamientos constructivos. Al fin y al cabo, lo que necesitamos para el correcto desarrollo de esta sociedad, son conciudadanos libres y críticos.

En definitiva, la implementación y la planificación de un modelo de clase invertida requiere básicamente de estos tres componentes para ser efectiva. Unas tareas que se realizan en clase, actividades que deben adaptarse a las necesidades específicas de nuestro alumnado y a la mejora de la consolidación de conocimientos que se adquieren partiendo de unos componentes en línea. Los avances tecnológicos nos permiten, sin lugar a duda, una mejora de los procedimientos formativos. Nos dan opciones. Nos aportan soluciones y, ayudan en un necesario proceso de alfabetización digital en nuestra sociedad. 

 

Debilidades y Fortalezas del flipped classroom en la enseñanza de adultos.

Una de las formas más objetivas de analizar los resultados de cualquier procedimiento académico es iniciar un proceso de observación de debilidades y fortalezas, conocido como análisis DAFO. Partiendo de esta habitual metodología, puedo afirmar que los procesos de enseñanza basados en la en una clase invertida mejoran, de una forma notoria, las competencias digitales del alumnado. Y lo hacen a través de la consolidación de un aprendizaje significativo que emana de la teoría del constructivismo garantizando un apoyo más individualizado en los procesos de aplicación. Recordemos que estos procesos pueden basarse en el fomento del trabajo colaborativo lo que, a priori, significa la mejora del trabajo colaborativo y de todas las competencias vinculadas a los procesos de cooperación.

Como parte negativa, porque también las tiene, existe una cierta reticencia inicial entre el alumnado y el profesorado a los cambios metodológicos de cierto calado. Toda modificación exige un esfuerzo y un proceso de adaptación, lo que a veces, dependiendo del tipo de discente, puede no ser recomendable.  Además, se necesita de un dominio mínimo de la tecnología. O cuanto menos un cierto tiempo de instrucción en el ámbito lectivo y de preparación de materiales originales en el tiempo no lectivo. Por último, un error frecuente, es que tendemos a aplicar mal el método. A veces creemos que esto consiste en ver vídeos en lugar de escuchar al profesor, pero no es así. La labor docente es doble, ha de realizar la parte expositiva con un contenido original y reforzar la parte de aplicación de contenidos con un rol que responde más al de un guía.

Todas las metodologías ofrecen aspectos negativos y positivos. Pero, sin duda, considero que los beneficios que ofrece este modelo puede ayudarnos, de una forma clara, a solucionar muchos de los problemas específicos con los que nos encontramos en los Centros de Educación para Personas adultas.


Relación entre los beneficios del modelo inverso y las necesidades específicas del alumnado adulto

Beneficios del Flipped Classroom

Necesidades específicas en la Educación Permanente

Aprovecha el uso de las TIC

Escaso conocimiento de las TIC y escaso desarrollo de la competencia digital

Accesibilidad permanente del contenido

Alumnado con responsabilidades familiares, laborales o en régimen de restricción de libertad. No cuentan con una dedicación exclusiva

Ayuda a desarrollar habilidades de análisis de la información, de síntesis y de evaluación

Alumnado de segunda oportunidad con carencias notorias en los procesos básicos de análisis de la información y la gestión de la información. 

Empodera al alumnado. Fomenta la autonomía

Alumnado con poco habito de estudio 

Fomenta el aprendizaje colaborativo y el desarrollo de la expresión lingüística 

Alumnado con acusadas carencias en las formas de expresión que, habitualmente, se siente reforzado al entender que si situación no es atípica.

Permite una atención personalizada

Necesidad de una atención personalizada e individualizada

Es fácilmente compaginable con otras metodologías

Demanda de una metodología híbrida que aúne los factores positivos del modelo inverso con el pragmatismo de los sistemas de enseñanza y aprendizaje de corte clásico

 

¿Cómo propongo aplicar el método en la Educación Permanente?

En primer lugar, manteniendo lo clásico, lo tradicional, pero introduciendo progresivamente lo digital en un proceso paulatino y constante de adaptación al uso de las nuevas tecnologías y al trabajo eficiente y activo con herramientas y plataformas virtuales, entre ellas la propia Moodle o Google Classroom.

El elemento audiovisual es fundamental y requiere de una gran carga horaria y esfuerzo en el proceso de selección y desarrollo de los contenidos. Dichos vídeos deben de ser píldoras de contenido, es decir, han de predominar en un formato corto a través del cual se recojan todos los saberes básicos que determina la normativa.

Por otra parte, teniendo en cuenta que la mayor parte de la enseñanza que ofrecemos es de carácter semipresencial, contamos con dos sesiones de clase por semana, por los que en ellas han de trabajarse actividades de síntesis, aplicación y creación. La idea es que el alumno pueda recoger por escrito notas o apuntes sobre los contenidos básicos. Este proceso ha de servirle, con el paso del tiempo, para desarrollar unas competencias que fomenten su autonomía y su capacidad de gestión y asimilación de la información. Fomentando los procesos de nivelación académica y limitando a casos muy concretos la metodología por proyectos.

Para ahondar en este ámbito, se hace imprescindible el desarrollo de un curso de nivelación y actualización digital, o cuanto menos, la apuesta por una unidad didáctica inicial vinculada a las particularidades de la metodología inversa y el uso de las nuevas tecnologías. Todo ello ha de garantizar la correcta implementación de un sistema que nunca ha de perder, como eje central, el apoyo individualizado de un alumnado que necesita y demanda una formación del siglo XXI partiendo desde un conocimiento netamente analógico. Es por este motivo, que la metodología ha de ser híbrida, partiendo de un pragmatismo académico que ha de ser adaptable a las diferentes necesidades del alumnado.

Conclusión

El modelo de clase invertida se nos presenta como una opción real para dar solución a la infinidad de dificultades que se nos plantean en los centros de Educación Permanente. Tal y como hemos visto, puede incidir y ayudar en el correcto desempeño de las competencias necesarias para el desarrollo de una vida cívica y competente. Todos los procesos metodológicos han de tener como eje principal de sus acciones a un alumnado que, evidentemente, no es homogéneo y que, por ende, necesita de una adaptación de los procedimientos a sus características y especifidades. Ante este gran reto que nos plantea la Educación Permanente, de un modo, si cabe, más evidente. La metodología inversa nos permite incidir en la mejora de las competencias digitales del alumnado, forjando su seguridad y creando unos valores compartidos en el aula que se han de extrapolar al mundo laboral y, necesariamente, a la realidad social. Una clase invertida es simple y llanamente la aplicación de un sistema que modifica los tiempos y readapta el proceso de enseñanza y aprendizaje siendo fiel a los principios básicos que define la Pirámide de Bloom. Una metodología renovadora que mejora lo clásico y permite una adaptación paulatina a las necesidades de los nuevos tiempos.



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