III ÉPOCA. ERASMUS+ IPEP de Jaén. 'Programas Erasmus+ en centros con educación para adultos.' Por Juan Claudio Perabá Gámez.

Programas Erasmus+ en centros con educación para adultos 


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Foto de @mmolpor 

Erasmus+, para los menos duchos en la materia, es un programa de la UE que respalda la educación, la formación, la juventud y el deporte en Europa. Este programa está abierto, no podía ser de otra forma, a los centros que imparten enseñanzas dirigidas a adultos, brindándoles la oportunidad de participar en intercambios, cursos y experiencias de aprendizaje en otros países europeos. Las actividades pueden consistir en cursos estructurados, periodos de formación o periodos de observación profesional en centros de enseñanza u otras organizaciones. Las estancias de formación deben durar como mínimo 2 días y como máximo 2 meses. La movilidad del personal de enseñanza de adultos, la que aquí nos ocupa, se enmarca en un Plan de Desarrollo Europeo de las organizaciones participantes destinado a su modernización e internacionalización.


Repensando las prácticas educativas para adultos, estudiantes penitenciarios y menores infractores


Hasta aquí, la teoría.

En la práctica, los alumnos participantes, que son seleccionados justificadamente, pienso que dan un “vuelco” a sus vidas, o al menos un cierto viraje. Si comparamos una experiencia de este tipo recibida por adolescentes podemos comprobar que no es igual a la que tendrían adultos. Los primeros, probablemente tengan más oportunidades de disfrutar de oportunidades educativas similares e incluso las hayan tenido ya. Es lógico pensar que no las “vivan” de igual manera. En mis tiempos, como diría un abuelo, no salimos ni a la esquina del instituto.


'una lección práctica como pocas pueden recibir en su vida académica'


Este tipo de vivencias no solo enriquecen sus conocimientos académicos y habilidades profesionales, sino que también fomentan la comprensión intercultural y el desarrollo de competencias sociales. La oportunidad de participar en cursos, talleres y seminarios en el extranjero les dota de habilidades, y perspectivas, seguramente desconocidas hasta ese momento. Es obvia la mejora, en mayor o menor grado, de las competencias lingüísticas de los participantes, lo que puede ser beneficioso tanto personal como profesionalmente. La interacción con personas de diferentes culturas, promueve la comprensión mutua, la tolerancia y el sentido de pertenencia a la comunidad europea. Como cualquiera acostumbrado a viajar, después de cada estancia se añaden a su “mochila” un buen puñado de conocimientos, perspectivas, etc...

Estas personas tienen su vida, en muchos casos, bastante estructurada ya. Quiero decir que trabajan, que tienen cargas familiares, unos horarios, unas rutinas,... Participar en una movilidad rompe los esquemas por unos días, que son dedicados exclusivamente a sí mismos, a su formación, a su progreso como estudiantes y como personas, y por eso se suele aprender con “ansia”, con una motivación máxima y pienso que les abre una especie de necesidad de seguir progresando en contra de cualquier excusa, contratiempo u obligación que tengan en su devenir diario. En definitiva, una lección práctica como pocas pueden recibir en su vida académica.


FDO: Juan Claudio Perabá Gámez.

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