III ÉPOCA. ERASMUS+ IPEP JAÉN. Aquella biblioteca. Por Manuel Molina.

Jesús, Santiago, Javier, Samuel y muchas sonrisas, palabras de afecto, cariño y expectación. 

 

La biblioteca de la prisión permanece igual, si acaso se me antoja un poco más ordenada. Paco, al mando del timón en este recinto privilegiado, hace un magnífico trabajo manteniendo los libros, diccionarios, comics, enciclopedias y otras joyas. Las grandes mesas de trabajo presiden la habitación; son enormes mesas desteñidas por el poco sol que se atreve a cruzar los muros de la prisión con sigilo, puesto que él, junto con el aire -de nuevo caluroso-, son los únicos privilegiados que pueden entrar en el recinto carcelario sin ser cacheados, revisados, vigilados, advertidos e inquiridos, mesas curtidas por los años y años de esfuerzo sobre ellas realizado, mesas que nos esperan alegres por volver a sentir el tacto de los libros, el roce de los folios blancos que con ilusión entregamos a nuestros alumnos, sonrientes al oír el repicar de los bolígrafos y los lápices, negros y algunos de colores, que pronto recobrarán nuevo aliento tras tres tórridos meses de calor insoportable.

 

@mmolpor


Nos miramos y, como si no hubiera transcurrido todo ese tiempo, retomamos nuestras clases por donde las dejamos. Algo tiene esta biblioteca carcelaria que nos acoge, protege y mima con el saber encerrado en los miles de volúmenes que allí viven. Saber que, con esfuerzo, cariño, ilusión, entrega y escucha, mucha escucha silente, impregnará poco a poco a nuestros nuevos alumnos.

 

El Árbol de la Ciencia, ¡qué tiempos cuándo yo me lo leí, allá en otro siglo!, me recibe con una sonrisa en la cara de Javier, quien me pregunta, esperando saber mi opinión: 

 

-¿Se ha leído este libro?

-Sí, claro, Javier.

-Entonces, ¿me lo leo?

 

-‘Trata sobre un chico llamado Andrés…’, responde Jesús, sin poder yo mediar palabra, quien durante 10’ minutos, atrajo con sus palabras fluidas y reposado discurso la atención de Santiago, Javier y Samuel. Al terminar su exposición, todos estábamos absortos, patidifusos y sorprendidos. Jesús, quien la noche anterior no pudo conciliar bien el sueño en su chabolo porque su nuevo vecino lo impidió, nos había impartido una verdadera clase magistral de Literatura Española así de sopetón sin haberlo pedido ni pensado. Del tirón. 


Repensando las prácticas educativas para adultos, estudiantes penitenciarios 


Mientras Jesús departía sobre Andrés y sus vicisitudes, yo no podía dejar de darle vueltas a la cabeza preguntándome cómo un chico con tantísima inteligencia, amante del teatro y conocedor -de memoria- de algunas obras clásicas y modernas, se encuentra allí, en esta apacible biblioteca, privado de libertad. Porque la cara de Jesús se torna feliz, o triste, según él entre o salga de la biblioteca. 

 

No es mi misión adentrarse por esos vericuetos. Mi tarea es encontrar la forma y manera de hacer mi trabajo docente lo más atractivo posible para que estos cuatro alumnos de 1º y 2º de Bachillerato, avancen en sus estudios, se sobrepongan a las dificultades que la vida en el trullo conlleva, y vuelvan al día siguiente a la biblioteca. 

 

Me consta que Javier, Santiago y Samuel van a devorar las aventuras de Andrés a la sombra de aquel árbol de la ciencia. Gracias, Jesús.

 

Bienvenidos al curso escolar 2023/24.

Centro Penitenciario Jaén.

Cursos de 1º y 2º de Bachillerato del IPEP JAÉN.


Manuel Molina

Profesor de inglés del IPEP JAÉN.

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