Erasmus+, ahora más que nunca. Por Ucrania, por la Libertad.

  Vacía, la pantalla impone. Las ideas bullen en mi ajado cerebro como torbellinos, Ucrania fallece desangrada y, con ella, Europa. ¿O debería decir 'tras ella'?


Algunos que mandan nos están vendiendo una y otra vez un aire envenenado en las pantallas con el que pretenden enmascarar los muertos y el fracaso de un sueño casi milenario: Europa. Padres de Europa, ¿dónde estáis? De Gasperi, Adenauer, Monnet, por favor, volved. 

Por lo menos, esta es la sensación amarga, como un buen picual de Baena

El pasado 23, hace dos días terribles, a las 11:34, con tan solo 26 minutos de juego, un instituto de Jáen entregó al SEPIE, la agencia nacional Erasmus+ en Madrid, una solicitud para poner en marcha un Proyecto Erasmus+. Ilusión, infatigables 18 meses de trabajo arduo por delante. Y con la que cae.


Europa entró en guerra tan solo 17 horas después. 'Conflicto, conflicto, conflicto', insisten. Pusilánimes, cobardes y las más de las veces, cómplices, aquellos que con la cara falsa no cejan de repetir una y otra vez dicho término. 

¡El conflicto es el que tengo yo cada mañana cuando tengo que decidir si retraso el despertador 5 minutos más¡, o cuando le llevo unas natillas con mucha azúcar y su galleta María a mi querido padre, diabético, pero ¡cómo le gustan y lo feliz que se pone!. Eso es un conflicto.

Esto, es una guerra, con tanques, con muertos, con bandos embusteros, con swifts financieros y los que miran para otro lado.

Pero cuando un helicóptero Ka-52 Alligator, un Sukhoi 35S o un Mil-28N vomita muerte ferozmente sobre el muelle de carga que divisas desde tu ventana, mientras que le intentas dar la papilla de verduras a tu hija con el brazo tembloroso y el alma encogida, niña que llora sin saber por qué, de 'conflicto' nada, payasos, esto es una guerra. ¿Por qué os empeñáis en tratarnos como borregos?

¡Maldito lenguaje sucedáneo! ¡Malditos cobardes de palabra vacua! 

Rusia, la Gran Madre, dirigida por un tirano de la estirpe del papaíto Stalin, añorado por muchos que pasean con su rostro en banderas rojas -inconcebible-, de la estirpe del nacionalsocialista Hitler, o de cualquier otro tirano de los que arrasaron la Europa y el mundo durante el cruel siglo XX, decide que el sueño de una Europa libre, democrática, unida en lo deseable, no debe tener más cabida, puesto que ello supone un peligro de muerte para ella. 

¿Qué es eso de un país en mi frontera donde la gente puede criticar al poder, donde el pueblo puede viajar allá donde le plazca, donde se eche al tirano de turno que pretenda acabar con nuestras libertades?

Erasmus+ es una de las grandes armas de esta impenitente, contumaz y porfiada Europa cuyos valores, tristemente, languidecen poco a poco como los versos de Verlain, Paul, 'blessent mon coeur d'une langue monotone'.

Los que defendemos esta idea de una Europa unida, con todas sus incongruencias, defectos, barbaridades y barrabasadas, que las tiene, debemos aprovechar esta gran arma con toda su panoplia de bombas de pensamiento, de misiles de educación, de cañones de palabra que, bien aprovechada, es sin duda más veraz, voraz y veloz que el temible Sukhoi-35S o el mortalmente renacido Tupolev 160 Cisne Blanco soviético que enseñorea su triste figura liberando -¿qué paradoja de término aquí, no creen?- su infernal carga sobre el pacífico pueblo pronto inerte.

¿Por qué si no este canalla, criminal, soplón infame ex-KGB -listo como el hambre- iba a arrasar un país que decidió libremente escoger el camino que más rápido huía del Holodomor del socialismo soviético?¡Uf, vaya dos eses de sangriento recuerdo renacido, SS!

La Alemania de la Selva Negra y la Rosa Blanca, la Suecia de frías aguas y Raoul Wallenberg, la Noruega boreal y de Jan Baalsrud, la Portugal de Sousa Mendes del fado en las riberas de Oporto y en los mares de las Azores, la Chipre que vio nace a la diosa del Amor y a Georgios Grivas, la Francia libre de Virginia Hall y de sus Antillas coloniales, la Polonia de la renacida Varsovia y de Edith Stein, la Austria imperial de Matthias Sindelar, la Irlanda verde puro de Paddy Finucane, los Países Bajos de la inmortal Ana Frank, el Reino Unido de la Carta Magna y de la RAF -sí, también, y no pregunten cómo -ahí llevas, Boris de nombre ruso, ¿coincidencias?- y nuestra España, la ortegiana y la de las Nanas de la Cebolla, dirigiendo el concierto.

Esos héroes y heroínas son los verdaderos valores de Erasmus+.

Doce países libres que han decidido apostar por un trabajo en equipo para pensar -¡pero qué manía con pensar!- sobre educación. Pues en esto consiste este nuevo Proyecto Erasmus+. En reflexionar, meditar y mejorar todo aquello que se pueda en el ámbito de la educación que les afecta.

¿Volveremos a escuchar, agazapados tras una radio escondida en el desván, como hicieron en las vísperas del Día D aquellos europeos heridos de muerte por el nazismo, los versos liberadores de Verlain? 

Tal vez Schuman, Robert, sabría qué hacer. 

Enhorabuena a dicho instituto por su arrojo.


Coda.


-'¿Chartwell House? 

-Sí, dígame, ¿en qué puedo ayudarle?.

- ¿Clemie, eres tú? Sí, hola, Clemie, soy Ike, perdona las horas, ya sabes, las cosas que tiene el charco. ¿Se puede poner Winston? Necesito hablar con él.

-Perdona, Ike, no te oigo bien, espera que me ponga el sonotone. ¿Me lo puedes repetir? Maldito cachivache. ¿Qué dices de los Jefes de Estado de ahora?

-Ya, ya veo, que necesitan a mi esposo otra vez. Espera un segundo, Ike, ahora mismo te lo paso. Por cierto, saluda a Mamie de mi parte. Dile que la he visto guapísima en las fotos de Vogue.

-¿Ike? ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal, cómo van las cosas por allí? Dime,  ¿qué pasa, cómo te fue en las elecciones? ¿Que las ganaste? Vaya, no sabes lo que te espera. 

-Ike, Ike, espera un segundo. ¡Clemie!, anda, pásame los habanos, que aquí tengo para rato, ¡vayan panda! ¡La caja entera!

(5 minutos después)

-¡Clemie! ¿Dónde está ese habano?

-Pequeño gruñón, pero si ya te he dicho que fumar está prohibido y mal visto ahora.

-¡Pues entonces pásame el champagne!.

-Beber también está mal visto hoy.

-¿Y, entonces,  para qué puñetas me dice IKE que he de despertarme y recordar mi discurso 'We shall fight'? ¿Te acuerdas de él, Clemie? 

-¿Luchar por Europa y librarla otra vez de la tiranía no te parece suficiente motivo, pequeño gruñón? Anda, viejo cascarrabias, deja los pinceles, el palaustre o lo que quiera Dios que tengas entre manos y ven a cenar, que tengo la tortilla de quinoa calentita, la soja hervida y empieza Sálvame.

-Clemie, ¿ya no queda chuletón? ¿Sigue el racionamiento?

-No, ya te dije que la Nueva Religión los ha prohibido. Algo de los flatulencias de la vacas.

-Pues entonces prefiero seguir durmiendo entre las sombras, querida Clemie. Anda, cariño, sal al patio y dile al piloto del Lysander que no lo voy a necesitar hoy. Que se puede ir al pub y escuchar a Marleen, Lili, que hoy toca desde el West End.

-Pero Winston, ¿no te ha comentado Ike lo que está pasando en Ucrania? 

-A ver, céntrate, por dónde iba yo. Quinoa, soja, la madre que los parió, solo nos falta comer gusanos y hormigas. Ya sé, sí, sí, veamos, veamos, capítulo CXV de 'La Segunda Guerra Mundial'. 'Por qué Pattón tal vez tenía razón'.

Por Ucrania. Por Europa.


Manuel Molina Porlán.

Дякую вам за те, що боролися за свободу, віддаючи свої життя.
Дякую, Олена. Хай живе вільна Україна. Європа з вами.

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