FIN

Cerrando el círculo, del todo.
Hoy, lunes 24 de agosto covideño, damos por concluida nuestra fecunda aventura Erasmus+, tras 5 años de larga singla-dura. Damos las gracias a todos los que, a lo largo de este periplo, os habéis embarcado al ya tal vez ajado trirreme en algún puerto, bogando con tesón y denuedo,  sin saber a veces si vuestra boga alcanzaría el fondeadero deseado. 
Gracias.
Manuel Molina.
Foto de @mmolpor
Cerramos con unas palabras del Director del IES Sierra Mágina de Mancha Real:
         “Podemos presentar un proyecto Erasmus. Yo me encargo. Ya he redactado uno antes y sé cómo hacerlo”. Manuel Molina había venido al despacho para plantearnos al Equipo Directivo la propuesta. “Lo único que os pido -continuó- es vuestro respaldo”.
         De una manera tan sencilla comenzaron cinco años que han transformado silenciosa pero irreversiblemente la vida del Instituto. Con palabras quizá en exceso pomposas lo hemos denominado la internacionalización del Sierra Mágina. Pero los hechos no desmienten esta afirmación. Hemos tenido un Ministro de Asuntos Exteriores, Manuel Molina, el alma mater del proyecto, que se ha encargado de establecer relaciones diplomáticas de ámbito educativo con múltiples países europeos. Sus embajadores han realizado intercambios escolares, visitas de estudio, asistencia a cursos en el extranjero. Ha habido un compromiso de mucha gente para participar, ayudar, colaborar y sacar adelante el proyecto con resultados óptimos.
         En el baloncesto la estadística lo abarca todo. Individual y colectivamente se desglosa cada partido en cifras: tanto por ciento de acierto en el tiro, rebotes, balones perdidos, … De cualquier jugador se hace una valoración que llega hasta el extremo de escrutar si con él en pista el equipo ha ganado o perdido los parciales o si los puntos anotados lo han sido en los momentos calientes o cuando ya estaba el encuentro decidido. Sin embargo, los especialistas suelen hablar de los “intangibles”. Se refieren a lo que aporta un jugador que no recogen las estadísticas: coraje, liderazgo, espíritu de grupo o contagio de la ambición por ganar. Mutatis mutandis rebus, podríamos aquí recoger el número de alumnos que han participado en los intercambios, cuántas visitas de observación y en qué países se han realizado o la temática de los cursos a los que han asistido los profesores. Sin embargo, lo importante es la intangibilidad de lo que ha quedado cuando se ha cerrado el informe y rendido cuentas a la agencia europea.
         De la misma manera que la belleza física es un reflejo del alma más allá de afeites y ropajes, he percibido en el Instituto un aura distinta. Un color suave pero indeleble ha borrado el monótono gris de cada día. Las ventanas se han abierto para renovar el aire. Seguro que las clases con escopetas de caza que nos eran narradas tras una visita a un centro danés son inviables en Mancha Real. También es cierto que la selección de alumnos que realizan en el Gimnazija Poljane de Liubliana imposibilita que el aprendizaje de idiomas sea trasplantable al Sierra Mágina. Obviamos, por evidentes, las razones por las que las diferentes organizaciones académicas de los países visitados son inviables en nuestro sistema educativo con la estructura de los institutos españoles. Sin embargo, todos los participantes en el programa han vuelto con una o muchas ideas que, adaptadas a la realidad de nuestro centro, han enriquecido su enfoque de la enseñanza. 
         Los alumnos reciben mentes más abiertas en las que lo extranjero ya no es extraño sino diverso. Con esa comprensión se rompen fronteras y se construye un futuro de una Europa unida.
         Llevo muchos años de director. En las conversaciones con mis colegas siempre sale a colación el pensamiento de que para que los profesores alcancen a entender la dificultad del ejercicio de la dirección, todo el mundo debería al menos una vez tener las responsabilidades de un cargo directivo. Suponemos que dicho desempeño conllevaría una comprensión mayor de las decisiones que han de ser tomadas y otra predisposición hacia el trabajo. No deja de ser un desiderátum que jamás se cumplirá.
         Sin embargo, la participación en programas internacionales habría de ser obligatoria quinquenalmente para todos los profesores. Sin excepciones. Mejoraría, ¡qué duda cabe!, la calidad de la enseñanza con un engrasado óptimo de los mecanismos del aprendizaje. 
         Expreso, por tanto, mi reconocimiento a cada uno de quienes han ofrecido a nuestro instituto la posibilidad de mejorar en la única dirección posible: hacia el futuro.
Ernesto Medina Rincón.

Comentarios

  1. Romper fronteras, trabajar en una Europa unida... ¡Está al alcance, no es utopía!
    Contagiada hace algunos años del carácter E+ y desde hace muy poco del mago de las palabras, te seguiré esperando Manolo de Catena

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