Erasmus: labor de hormigas.

         Cuando los gobernantes europeos se reunieron para tomar las medidas que contrarrestaran la pernicie económica causada por la epidemia de la COVID-19 han regresado los atavismos políticos. Hace unos años una parte de Europa despreciaba a los PIGS -Portugal, Italy, Greek, Spain- cerdos por las iniciales de los países en inglés. En esta ocasión los nórdicos, denominados “frugales”, desdeñaban a los países del sur a los que acusaban de derrochadores sin la empatía de considerar que habían sido quienes peor lo habían pasado durante la epidemia.


¿Qué Europa verá la próximo generación? Foto de @mmolpor2006
         La lentitud a la hora de adoptar medidas, e incluso la posibilidad real de que la cumbre de presidentes de gobierno concluyese en un fracaso, alentó a los euroescépticos que suelen referirse a la Unión Europea como la “Europa de los mercaderes” y tras este proyecto político de integración sólo ven una enorme estructura burocrática.
         Somos conscientes de que romper siglos de identificación nacional y enfrentamientos y guerras entre los países de Europa no es cuestión que se resuelva en unos pocos años. Ni siquiera decenios. La construcción del paneuropeísmo es un trabajo diario en el que cualquier aportación sirve para despejar el futuro y derribar barreras físicas y mentales.
         En esta labor de hormigas - constancia y pequeños aportes - juega un papel fundamental el programa Erasmus. Por desgracia ninguno de los participantes en la cumbre de la reconstrucción había sido beneficiario de dicho programa. Tengo por seguro que la comprensión y aceptación de lo extranjero, de lo ajeno, sólo se consigue con el conocimiento del que llamamos contrario. Por eso cada vez que un alumno ha participado en un intercambio o un profesor ha hecho una movilidad un pequeño pueblo andaluz, Mancha Real, ha hecho su contribución a la unidad europea. 


Foto de @mmolpor2006
Carlo Goldoni, “el que no sale nunca de su tierra está lleno de prejuicios”, refrenda el aserto de Pio Baroja de “el carlismo se cura leyendo y el nacionalismo viajando”. Las diferencias se comprenden conociéndolas. No se trata de volver al concepto griego de la koiné en que sea establecido un modelo amorfo de Europa en el que queden desdibujadas las diversidades. 
Al contrario, hay que respetar y cuidar estas idiosincrasias integrándolas en el proyecto común. Que es precisamente lo que intentamos conseguir inculcando en nuestros alumnos esos valores de respeto e integración que más allá de una pomposa declaración de “educar en valores” promovemos con la participación en el Erasmus.
Europa será unida o no será. Probablemente quien vea el logro sea la siguiente generación, pero nos quedará la satisfacción de que contribuimos con humildad y decisión a una Europa azul de estrellas.
Ernesto Medina Rincón.
Director del IES Sierra Mágina de Mancha Real.

P.S del editor: Saludamos esta semana a los lectores de los Estados Unidos, de Alemania y de Honduras, que, por ese orden, han sido los más activos.
¡Ánimo, que ya se acaban estos calores estivales y vuelven las lluvias imaginarias por nuestra querida Jaén!
Os dejo con una maravillosa foto de nuestra compañera Cristina García. Para los que no conozcáis Jaén, estoy os perdéis. 


Jaén vista desde el castillo de Santa Catalina, con Mancha Real nevado al fondo. Foto de Cristina García Torres.

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