Pasión por la docencia. Mafra.

Pasión por la docencia, pasión por el trabajo bien hecho, pasión por el compromiso con el alumnado.


Ana María Dias, José Esteban, Inés y Manuel Molina,
 tras una intensa jornada de trabajo Erasmus+
No tenemos mejor manera de resumir las 8 horas de trabajo que hoy hemos realizado en este prestigioso instituto portugués Escola Secundária José Saramago-Mafra  sito frente a las costas verdes -infinidad de frescos verdes- del océano atlántico que podemos disfrutar desde el porche de la antigua Pousada de Palacio dos Marqueses de Ponte de Lima que hace las veces de nuestro hogar durante esta semana.

Para acompañar la lectura de este segundo relato de nuestras experiencias por Portugal, os proponemos hoy este fado de Ana Moura, titulado Ninharia:


Ana María, nuestra amabilísima anfitriona, apasionada de estos proyectos de unión Erasmus Plus, nos tenía concertadas 7 reuniones con distintas profesoras del ya maduro claustro del instituto. Y decimos maduro porque la edad media del profesorado puede rondar los 50 años. Y decimos profesoras porque todas ellas han sido profesoras, mayoritarias entre el personal docente. 

Existe un problema generacional entre los docentes aquí en Portugal, debido a la falta de motivación entre la juventud portuguesa para dedicarse a la docencia, todo ello motivado por la falta de puestos de trabajo en las instituciones educativas, de modo que es difícil encontrar algún profesor por debajo de los 35 años. Y con suerte.


Foto de Manuel Molina.

Mafra es una bellísima localidad portuguesa cercana al mar, junto a las incomparables playas y acantilados de Ericeira, que bien merecen una visita de unos cuantos días. Mafra, tranquila como decíamos ayer, se ha convertido en un lugar de retiro para muchos ciudadanos. El alumnado de este centro educativo está muy motivado, y, al igual que el profesorado y el personal de administración y servicios, está muy orgulloso de ser parte de esta comunidad educativa. Se nota, se percibe, se constata. Esta calma, este orgullo y esta pasión hacen que el ambiente que se respira sea increíblemente positivo, de acogida, de mente abierta, de aceptación del otro tal y como es, de ayuda, de esfuerzo, de respeto. ¿Qué más se puede pedir? No hace falta explicar que todo ello se refleja en los resultados académicos de este alumnado.


Ericeira, Portugal. Foto de Manuel Molina
El profesorado, tras muchos años de brega por otros centros educativos de Portugal, solicita venir a este instituto para disfrutar de los últimos años de carrera docente, en un centro con fama a lo largo y ancho de toda Portugal por ser un lugar donde se trabaja, y mucho, en un ambiente de tranquilidad, respeto y amor por el estudio, por el aprendizaje y por el compromiso por hacer las cosas como Dios manda.

Es llamativa la limpieza, prístino como mínimo, el ruido que no es tal para un ágora con más de 2300 personas, la serenidad reinante y las caras de satisfacción.

También hay problemas, y jóvenes con dificultades de adaptación, de formación y de aceptación de los problemas de la vida, con situaciones que hacen que se te caiga el alma a los pies, familias rotas e hijos destrozados. Pues claro. Como en todos sitios. Pero hemos comprobado, tras dos días agotadores, como en todo buen job shadowing que se precie, que hay una visión clara entre los que realizan aquí su labor docente: hay que ayudar, en la medida de nuestras posibilidades, a los alumnos, sea cual sea la dificultad que puedan tener, pues este es nuestro trabajo, no sólo transmitir conocimientos.

Paula, una de las 9 profesoras que conforman el Departamento de Educación Especial, transmite una alegría casi indescriptible al hablar de su alumnos, alegría que nos ha emocionado, explicando cómo se dejan la piel cada día para intentar ayudarlos lo mejor posible, con la máxima colaboración posible con las familias. Paula, pasión, profesionalidad, preparación docente a más no poder. Envidia. Orgullo. Ejemplo.

Terminamos. ¿La clave? Trabajo en equipo. Una única visión y meta. Real. Verificable. Eficaz.

Y para mañana, análisis en profundidad, 4 horas, del trabajo de todo el Departamento de Educación Especial, en las aulas.


Trabajar y aprender de profesionales como Ana María y Margarida es un privilegio impagable.

Se me olvidaba (1): aquí los alumnos pueden usar cualquier aparato tipo móviles, tablets, pc, portátiles, como recurso didáctico, para tomar apuntes, consultas, etc, en cualquier recinto del IES, en cualquier momento, siempre que se haga un uso responsable de los mismos.


Alumnos de estudios profesionales del año 12 del IES José Saramago, Mafra, Portugal. Foto de Manuel Molina.

Se me olvidaba (2): cuando falta un profesor, los alumnos pueden salir de sus clases y desperdigarse por cualquiera de los lugares de asueto de los que disponen, léase, varios recintos con mesas donde poder trabajar, hablar, escuchar música, leer o descansar sin más, o bien, pueden salir del instituto sin ningún problema. La ley lo permite. Los alumnos tienen su carnet con el que identificarse, entrar y salir, encargar y pagar la comida, etc.

Se me olvidaba (3): Muy pocas expulsiones. Llegado el caso, el alumno implicado casi siempre deberá realizar trabajos en beneficio de la comunidad. Dejaremos esto para otro artículo.

Se me olvidaba (4): Es tal el número de proyectos de toda índole, material y perfil que prácticamente todo el alumnado y profesora participa en uno, o varios, siendo estos una de las señas de identidad de este centro, orgullo de la comunidad.

Se me olvidaba, qué desastre que no doy una (5): detrás del instituto hay un parque de usos multiples, con un pequeño bosquecillo en el que los ciervos campan a sus anchas.




¿Y qué decir de los pasteles con los que reponemos fuerzas? Venid a Mafra a probadlos, merece la pena.




Manuel Molina Porlán.
Profesor de Inglés del IES Sierra Mágina de Mancha Real y Coordinador de los proyectos Erasmus+.


José Esteban Marín.
Asesor del área cívico-social del CEP de Jaén.


Comentarios