Si la formación académica es importante, la formación en valores no lo es menos.

Faltaba en este blog la colaboración de las familias, quienes ahora se animan y nos dan su opinión sobre estas experiencias de intercambios y de participación en proyectos de internacionalización. 

José Bermejo, padre de un alumno de 1º de Bachillerato cuya reflexión ya pudimos leer y escuchar, comienza esta nueva series de aportaciones y puntos de vista incidiendo en lo que para él es lo más importante tal vez, la educación en valores.

Destacaría las palabras 'convivir', 'esfuerzo', 'integración' y 'familia', para resumir el mensaje que nos quiere hacer llegar.

Gracias, de nuevo, por vuestra implicación, esfuerzo y cariño.


Hola a todas y a todos.


No es el objetivo de esta reflexión agradecer a todas las partes involucradas en este proyecto de intercambio, el tremendo esfuerzo que han realizado y que siguen realizando para que esta experiencia esté siendo posible, no, no es esa la finalidad, aunque no quiero dejar  de aprovechar el altavoz que proporcionan las nuevas tecnologías para hacerlo públicamente.

Me gustaría trasladar al resto de la comunidad educativa (políticos, profesores, padres, alumnos, familias …), que más allá de los necesarios conocimientos de idiomas que van a necesitar nuestros hijos en su futuro, este tipo de experiencias les proporcionan algo también muy valioso que, a mi juicio, nos es sino una visión más real y amplia del mundo en el que van a tener que vivir.

'estas experiencias les proporciona (...) 
una visión más real y amplia del mundo'


Lo que significa para unos adolescentes apartarse de sus padres y hermanos para convivir con otras personas que, durante unos días, se convierten en su familia; abandonar su centro educativo para integrarse en otro completamente distinto; dejar de lado sus amistades para hacer otras nuevas, y todo ello en un ambiente, un idioma y una cultura muy distinta a la nuestra, os puedo asegurar que para mí, no tiene precio.



Si la formación académica es importante y ha de mejorarse sobremanera, la formación en valores no lo es menos; y esta experiencia creo contribuye favorablemente tanto a la una como a la otra, dejando en nuestros hijos e hijas un poso que les acompañará, seguro que para bien, el resto de sus vidas.

Y si a todo eso, añadimos la experiencia personal que, como padres, ha supuesto abrir las puertas de nuestra casa a un chaval con el que a duras penas te entiendes, pero que percibes que se encuentra a gusto entre los tuyos, que se esfuerza por  integrarse, convirtiéndose en uno más de tu familia, al final, uno no puede sino agradecer a quienes trabajan para que esto sea posible, y animar a los padres y alumnos a que se impliquen aún más, para que estos proyectos sigan realizándose.  

Un saludo,
José Mª Bermejo

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